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AQUÍ SE HABLA EN AMOR (Hch 2, 1-25)   Hace poco, la escritora Irene Vallejo, en una de sus atinadas columnas, hablaba sobre el poder del lenguaje. Decía que “el imaginario del combate se ha incrustado en nuestro pensamiento hasta teñir las situaciones cotidianas de colores bélicos” de manera que todo obedece a una “lógica guerrera”. Así, el amor es conquista, en el deporte hay adversarios, vivimos una batalla cultural, nos batimos en lucha por la vida o por el éxito, en las discusiones se busca vencer… Por eso, no es de extrañar que “las personas, las generaciones, los países parecen aislarse, cada vez más solos y soliviantados. Las distancias se dilatan, y olvidamos cómo hablar el lenguaje de la cercanía”. Y es que el lenguaje modula nuestras emociones y percepciones y modela la realidad. Esto lo sabían bien quienes escribieron el mito de la torre de Babel (Gen 11, 1-9). Lo conocemos perfectamente: los hombres  inician la construcción de una torre con la intención de alcanz...
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  UN DÍA DE BODA (Jn 2, 1-11)   Hace mucho que no voy a una boda. Supongo que tiene que ver con la edad… una vez que se casan los amigos, los primos y tal, hay que esperar a que empiecen las bodas de los hijos, los sobrinos o los hijos de los amigos. Y sí, en breve me tocará ir a la primera de esta serie. Y en estos meses previos estoy siendo testigo de los preparativos de la joven pareja que han asumido la organización del evento con la ilusión normal en estos casos y también con el estrés normal en estos casos.    Los mismos quebraderos de cabeza debieron tener los novios de aquella boda que se celebró en Caná y a la que fueron invitados Jesús y sus discípulos. También tuvo lo suyo el maestresala (el “wedding planner” de la época), al que en medio del lío se le pasó hacer acopio de unas cuantas tinajas más de vino y si no hubiera sido por la cabezonería de María que forzó la intervención de Jesús, seguramente nadie más lo habría contratado para preparar un evento d...
LA OBERTURA DEL EVANGELIO DE LUCAS (Lc 1, 26-38)   Si el Evangelio fuera una ópera podríamos decir que la anunciación sería la primera escena de su obertura. Así lo afirman Marcus Borg y Dominic Crossan en su libro “La primera Navidad”. Es decir, los relatos del nacimiento y la infancia de Jesús serían la “obertura” del Evangelio y, como en muchos preludios musicales, en ellos aparecen ya los temas y las melodías que después se desarrollarán en el resto de la obra.    Dicho de otra manera, estas narraciones son como un Evangelio en miniatura escrito en forma de relato parabólico, que contiene ya los grandes temas de todo el Evangelio y que tratan, no de contar hechos históricos u objetivos sobre la infancia de su protagonista, sino de dar testimonio de la enorme trascendencia que tuvieron para quienes lo redactaron la vida, la actividad liberadora, la enseñanza, la muerte y la resurrección de su Jesús.    De una manera muy plástica y poética est...
ESTOY AHÍ FUERA (Mc 12, 28-34)   El jesuita indio Anthony de Mello fue famoso por su acercamiento a la religión no desde la reflexión teórica, sino a través de los relatos que reflejan la espiritualidad de diferentes tradiciones religiosas. En uno de estos relatos, recogido en su libro “La oración de la rana”, cuenta que una mujer muy piadosa que nunca faltaba al culto, iba siempre tan absorta en sus devociones de camino al templo que era incapaz de ver a los mendigos que se encontraba por el camino; en una ocasión, cuando llegó a la puerta de la iglesia la encontró cerrada y con un cartel clavado que ponía: “estoy ahí fuera”.   Por lo que sabemos de Jesús a través de los evangelios, probablemente estaría de acuerdo con esa afirmación: Dios está fuera del templo, o lo que es lo mismo, Dios está fuera de la religión… o al menos de la religión tal como la entendían la mayor parte de sus contemporáneos y tal como la hemos entendido los mismos cristianos a lo largo de la historia....
JESÚS, FAN DE LO PEQUEÑO (Mc 9, 38)   “Ande o no ande, caballo grande”. Este conocido refrán se trae a colación para insistir en   el valor de algo por su gran tamaño. A la gente nos gusta “lo grande”. En el mercado de la vida, si podemos escoger, nos atrae la pieza más grande y llamativa. Sin mucha dificultad podríamos aplicarlo a nuestro deseo de estar por encima de los demás, de tener más que los demás, de aparentar, de figurar, de dominar…    Pero esa no es la lógica de Jesús y del Evangelio. Una lógica a la inversa que ya nos tiene acostumbrados a darle la vuelta a nuestra visión de las cosas como quien da la vuelta a un calcetín. Jesús es fan de lo pequeño.    En eso se parece a su Padre, ya que el Antiguo Testamento está recorrido por relatos y pasajes en los que se acredita la preferencia de Dios por los pequeños y los últimos… desde Abel a David pasando por Jacob, José o Benjamín. Es una verdadera obsesión, y si no, que se lo pregunten a ...
UN MILAGRO PARA TIEMPOS DE CRISIS (Jn 6, 1-13)   Ya hemos comentado en otras ocasiones que cuando leemos con ojos críticos los relatos evangélicos descubrimos significados ocultos que van más allá de lo que aparentemente nos cuentan los textos. También suele ocurrir que esa mirada crítica surge cuando caemos en la cuenta de lo extrañas, absurdas e imposibles  que resultan algunas de las cosas que allí aparecen. Pero, con frecuencia, es precisamente en esos detalles donde se esconde el sentido del texto, como si se tratara de una nuez a la que hay que quitar la cáscara para poder tomar su fruto.   Este es el caso de uno de los relatos de milagros que más veces hemos escuchado o leído, e incluso visto recreado en el cine. Se trata de la multiplicación de los panes y los peces. En concreto, vamos a tomar el relato tal como lo narra el Evangelio de Juan.    Imaginemos la escena… una gran multitud sigue a Jesús hasta una montaña; nada más y nada menos que cinco ...
EL VERDADERO PECADO CONTRA EL ESPÍRITU SANTO (Mc 3, 20-35)   En los últimos tiempos, con la mediación de ese patio de vecinos con altavoz que son las redes sociales, se han producido frecuentes polémicas relacionadas con la libertad de expresión y los límites del humor y de la creación artística que muchas veces han derivado en situaciones realmente grotescas.    Sin entrar en cuestiones legales, salta a la vista que en este tema funciona mucho a ley del embudo: me ofendo por las opiniones y expresiones que no me gustan, pero reclamo libertad para las mías aunque puedan herir a otros. Sin embargo, el pluralismo y la tolerancia estriba precisamente en convivir con las opiniones que pueden resultarme molestas. De hecho, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ampara no sólo las ideas u opiniones favorablemente recibidas o indiferentes, sino aquellas que chocan o que pueden ofender al estado o a una parte de la población.   Y ocurre que, a veces, esa parte de la ...