DE PASTORES Y REBAÑOS (Jn 10, 11-18) Dicen los expertos que el lenguaje no solo describe la realidad, sino que tiene el poder de crearla o transformarla. Es decir, las palabras tienen un poder inmenso porque se convierten en una especie de “gafas” con las que vemos la vida a través de una serie de creencias y certezas que se alojan en nosotros, a veces de manera inconsciente, y nos hacen actuar en consecuencia. Esto viene a cuento de algunas de las metáforas y parábolas que leemos en el Evangelio y que, a fuerza de repetirlas en un sentido casi literal, se han convertido en la manera en que muchos creyentes entienden su fe y su relación con Dios o con la Iglesia. Para algunos, son creencias apacibles e integradas en su vida. Para otros, cada vez más, constituyen una piedra de las muchas en las que su fe tropieza y que les lleva a convertirse, como dice John Shelby Spong, en “antiguos alumnos de la Iglesia”. Es lo que trato de expresar con el titulo de...
Para leer el Evangelio y no perder la fe