UN DESIERTO MUY FRECUENTADO (Mc 1, 12-13) Comienza la Cuaresma y el breve texto evangélico que nos presenta la liturgia del primer domingo condensa en apenas dos versículos el sentido de este tiempo litúrgico. El relato paralelo de los otros dos sinópticos es mucho más colorido y teatral; pero Marcos ya nos tiene acostumbrados a decir mucho en muy pocas palabras. En primer lugar, Marcos sitúa el decorado de la escena: “Inmediatamente el Espíritu lo empujó al desierto”. Verbo (empujó) y adverbio (inmediatamente) dan idea de la urgencia y la fuerza del impulso que conduce a Jesús a ese escenario tras su bautismo. Este desierto no tiene una localización geográfica, en contraste con el desierto de Juan que se encontraba al otro lado del río Jordán. Si añadimos a esto el hecho de que es un desierto muy poco desierto (está habitado por diferentes personajes) es fácil pensar que no estamos ante un lugar concreto y determinado, sino ante un espacio que tiene senti...
Para leer el Evangelio y no perder la fe